• Fanfic
• 2026

Me llamo Samael Kaizer Theosbane.

El último día de instituto, me peleé con un chico al que solía intimidar. Fue una pelea estúpida e inútil. Y en medio de ella, tropecé y me golpeé la cabeza contra una roca.

Fue entonces cuando los recuerdos me inundaron... Recuerdos de una vida diferente. Recuerdos de otro mundo. De repente, todo cobró un sentido retorcido. Me di cuenta de dos cosas.

Primero: Estaba dentro de un juego que solía jugar en mi vida pasada. Segundo: Era un villano. ¡Un villano!

¡Tampoco del tipo genial, misterioso y trágico! No, yo era el peor cliché: un joven amo consentido, insufrible y arrogante. El tipo que encuentras en esas historias de fantasía mal escritas. ¡Ya sabes a qué tipo! El que todos odian. El que el héroe destrozaría para demostrarles a todos lo fuerte y justo que es. ¡Sí. Yo era ese tipo!

Mi destino era ser un trampolín para los personajes principales, ser manipulado por un Príncipe Demonio y morir como un perro. ¿Y el héroe? El héroe era el mismo chico al que había estado acosando todo este tiempo. Con el que acababa de pelearme. Se suponía que era el salvador de este maldito mundo.

Un mundo al borde de la destrucción, acosado por guerras, calamidades y un futuro sombrío que solo yo conocía. Y al final de todo, me esperaba el antagonista final... El Rey Espíritu.

"¡Ay, a la mierda!"

No tenía ni idea de si podría. Pero iba a intentarlo sin dudarlo. Extorsionar a los extras, manipular a los protagonistas, alterar la historia a mi favor, robar los trucos del héroe, matar a los villanos mucho antes de que se convirtieran en una amenaza; nada estaba por debajo de mí.

¿Afectarían mis acciones a los personajes principales? ¡Genial! ¿Cambiaría la historia? ¡Mejor aún! Solo me importaba yo. Mi supervivencia. Mi vida. Mis decisiones.

«Viviré esta vida sin remordimientos».

...Pero como pronto descubrí, el destino no se cambia tan fácilmente. Y el precio de reescribir tu destino era muy alto.